Es común tener esta sensación y en general, la atribuimos a que lo que estamos haciendo no nos da placer y por eso tenemos que cambiar de acción. Tenemos la idea que el aburrimiento depende de lo que hacemos o con quien estamos y no de un estado interno de la persona, que hace mirar las cosas aburridas.
Claramente el aburrimiento no es por el objeto que está con nosotros sino por nosotros mismos! Por la posición en que encaramos la acción, el evento o el encuentro. Si ponemos el acento en que lo que hacemos lo que no nos satisface, posiblemente cambiemos de acción, pero la sensación persista. Lo mismo si pensamos que nos aburre tal o cual persona, posiblemente, la cambiemos y sigamos aburridos.El aburrimiento es un modo de expresión de cierto malestar, no siempre concreto o perceptible. De un estado de insatisfacción interno, no siempre situable e identificable y lo terminamos poniendo en el afuera, sin registrar la incomodidad interna que hace que nos aburramos. El aburrimiento es un sentimiento comodín, que puede esconder tristeza, depresión, desilusión, apatía.
Nos presenta una salida engañosa del malestar, ya que nos hace creer que si cambiamos la acción o la persona con quien estamos, se resuelve el problema, pero en general el aburrimiento persiste, porque lo que hay que abordar para resolverlo,no es el exterior sino el interior de la persona que lo está sintiendo. Es común que cuando uno está aburrido, nada le cierra, mientras que con otros estados de ánimo, siempre hay alguna alternativa.
Así que ya saben! Cuando estén aburridos, preguntense que les está pasando! Y seguramente se sorprenderán de registrar algo que estaban sintiendo y no se daban cuenta y se camuflaba detrás del Estoy aburrido.
Lic. Marisa Ludmer