La palabra hoy merece nuestra atención.
El pasado y el futuro son palabras que tienen peso por sí mismas. El futuro porque es lo que hay que conseguir y el pasado porque es de donde venimos.
Entonces importa lo tradicional, lo anterior, lo conocido.
El futuro es a donde debemos llegar entonces tenemos que estar atentos, pensar en él y construirlo. ¿Y el presente? Estos últimos tiempos, las circunstancias nos obligaron a mirar un poquito más, pero en general, parece que no merece atención. Es el que nos permite entender el ayer y acceder al mañana. Saltear el hoy nos va a alejar de conseguir lo que queremos porque es el único tiempo de la vida donde podemos intervenir.
Nos construye, nos da consistencia, es concreto. El ayer es un recuerdo y el mañana no sabemos, pero el hoy, está acá y con él algo tenemos que hacer. Que pensamos hoy, seguramente será distinto que lo de ayer y que lo de mañana, ¡pero tiene el valor del presente! Pensar en el hoy no es desestimar el mañana sino construirlo. No es desestimar al pasado sino hacerlo circular para que no nos deje encasillados.
En la vida circulamos por muchos hoy que a veces desconocemos, descalificamos, desestimamos y no nos damos cuenta que son los que nos permiten un sinfín de posibilidades.
Lic. Marisa Ludmer