Cuando vi la película Encantada de Disney hace unos años me dejó pensando. Los humanos siempre estamos esperando la magia, lo automático, lo que sale solo sin ningún tipo de trabajo o esfuerzo. Como en los cuentos clásicos: el príncipe aparece, rescata a la princesa, fueron felices y comieron perdices. En la película se muestran claramente las diferencias entre fantasía y realidad. Cuando la princesa sale de los dibujitos al mundo real se encuentra con una dimensión del mundo que no conocía. Lo que podríamos decir la diferencia entre lo plano de los cuentos y el volumen de la vida. Conoce un hombre y le pregunta acerca de él, de su vida, etc. Cuando el príncipe del cuento llega a rescatarla y le dice que vuelva al cuento que tienen que casarse, ella le responde que no puede. Que se tienen que conocer, que tienen que saber los gustos de cada uno. En esa escena se condensa la diferencia entre la vida real y la vida de los cuentos.
La vida real puede ser complicada o simple, pueden pasar muchas cosas o pocas, pero la gran diferencia con los cuentos es que tiene volumen. Las cosas no son planas ni lineales sino con vueltas y movimientos. La magia de los cuentos muchas veces se muestra como ideal pero la vida real tiene otra magia, que en los cuentos no existe.
Lic. Marisa Ludmer