Este es uno de los últimos conceptos que transmitió la reconocida Psicoanalista Janine Puget.
Es una temporalidad que produce. Que crea contactos. Que establece vínculos.
Es aquello que no depende del tiempo que marca el reloj sino del encuentro que se arme con otro o con uno mismo y de lo que se pueda producir en él. Sería bueno reflexionar las diferencias que hay entre tiempo repetitivo y tiempo creativo. El tiempo repetitivo nos conduce a los mismos lugares, las mismas frases, las mismas experiencias una y otra vez. La temporalidad creativa nos invita a lo diferente. Crea aperturas, produce novedad. Puede durar minutos o varias horas y uno se da cuenta por el efecto que siente pasado ese tiempo de encuentro. Ya sea con uno mismo o con otro. El efecto de calma, satisfacción y sobre todo de producción de algo novedoso que nos llena, enriquece y nos estimula. La sensación es de nutrición. Hay un antes y un después de ese encuentro. Uno no sale del mismo igual que cuando comenzó. Este modo creativo de pensar el tiempo produce ganas de continuar con la experiencia y de que no se termine. Sería interesante estar atentos a qué uso hacemos de nuestro tiempo. Si lo usamos en modalidad repetitiva, ajustado al reloj o en modalidad creativa donde puede durar 5 minutos o 10 horas y ser una experiencia que nos activa, estimula y enriquece.
Lic. Marisa Ludmer